Me gusta el otoño, porque en el aire empieza a oler a castañas asadas.
Me gusta, porque se va el calor, empieza a hacer fresquete y te puedes poner ropa de abrigo.
Me gusta porque aun no ha llegado la rasca de verdad.
Me encanta el otoño, porque ya puedo usar el edredón. Y dormir infinitamente calentito, con la cabeza casi completamente tapada.
Pero sobre todas las cosas, me gusta el otoño, porque no me recuerda a nadie. Porque es una época que no me trae ninguna clase de recuerdos. Ni buenos, ni malos.
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Escuchando: Aesthetic Perfection - Pale
via FoxyTunes
5 comentarios:
Hostia, pues a Sevilla no ha llegado aun el frío del otoño.
Todavia duermo en pelotas y con una sábana para taparme (por si los mosquitos).
Me has hecho recordar lo guay que es dormir en compañia cuando hace frío, sniff...
A mí me gusta por las mismas razones que a ti; sólo que en mi caso sí que está cargado de recuerdos diferentes, buenos y malos.
Mi hermana vive en Madrid. Siempre le digo que no espere mi visita en verano. Me encanta Madrid cuando hace frio, cuando te tienes que vestir al salir del metro o de un bar y desvestirte cuando entras.
El otoño...hermosa época del año...y más si no hay recuerdos dolorosos, como las hojas que caen marchitas de los árboles.
Por acá ya es primavera, los recuerdos surgen como mariposas...y esta primavera, especialmente, está doliendo hondo.
mil besos
Exactamente, me leíste el pensamiento =)
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