EL HOMBRE DE BOGOTÁ
La policía y el servicio de emergencia no le afectan en absoluto. La voz del esposo suplicante no produce el efecto esperado. La mujer sigue en la cornisa, aunque amenaza que no por mucho tiempo más.
Me imagino que soy yo quien va a tener que disuadirla para que no se tire. Veo la situación, y sucede de la siguiente manera:
Le cuento la historia de un hombre de Bogotá. Era un hombre rico, un industrial al que secuestraron para pedir un rescate. No era un drama televisivo; su mujer no podía llamar al banco y, en veinticuatro horas, le resultaba imposible disponer de un millón de dólares. Le llevó meses reunir reunir esa cantidad. El hombre tenía una afección cardíaca, y los secuestradores tenían que mantenerlo con vida.
Escuche ésto, le digo a la mujer de la cornisa. Sus captores le obligaron a dejar de fumar, le cambiaron la dieta y le forzaron a hacer gimnasia todos los días. Lo tuvieron bajo ése régimen durante tres meses.
Cuando se pagó el rescate y liberaron al hombre, su médico le hizo un chequeo. Comprobó que el estado de salud del hombre era excelente. Le digo a la mujer lo que dijo aquel médico: que el secuestro era lo mejor que podía haberle ocurrido a aquel hombre.
Quizá no sea una historia adecuada para que alguien decida bajar de una cornisa. Pero la cuento la intención de que la mujer que está subida en la cornisa se haga una pregunta, la pregunta que se le pasó por la cabeza a aquel hombre de Bogotá. Se preguntó cómo sabemos que lo que nos ocurre no es bueno.Amy Hempel - Cuentos Completos
Mi lista de blogs
martes, enero 26, 2010
Hempel 100%
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Difícil distinguir. Sólo el tiempo lo dirá.
Si hablaramos nos entenderiamos , dos picis borrachos.
En España hay un refrán que dice:
"No hay mal, que por bien no venga", hace referencia a la última frase de tu comentario. Los optimistas pensamos que las cosas siempre suceden para bien.......saludos.
Uno puede vivír con esa mentalidad de optimista toda la vida, por que, de ilusiones se vive, por supuesto.
El juicio final, ese que llega cuando vemos la muerte de frente, si nos da tiempo, puede que nos haga ver si hemos perdido el tiempo o no al respecto.
en la relatividad de los sucesos de la vida puede que sea para bien o para mal , igual a la de la cornisa el tiempo o su muerte le dira....igual el que intenta detenerla o ponerla a reflexionar por lo menos..por sapo intenta hacer algo positivo...ya el resto es voluntad y libre albedrio.
HOLA! soy amor post mortem, o mas bien aflyinyoursoup.blogspot.com =)
me he mudado a:
http://acherontia-athropos.blogspot.com/
gracias! ^_^
Publicar un comentario