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lunes, mayo 10, 2004

Un fin de semana Etilico-culinario

Es interesante el estudio de las relaciones existentes entre hechos APARENTEMENTE independientes entre si, pero q en combinacion, forman un todo.
"Este tio esta drogado", pensaras. Es posible q la heroina q se metia mi vieja durante mi etapa de lactante me haya dejado secuelas, pero te aseguro q no tiene nada q ver con esto, al menos esta vez.
Este fin de semana he descubierto una terna de relaciones interesantes. Estos son los tres factores q se dieron:

a/ Disponibilidad de una casa vacia

b/ Acceso ilimitado a huevos y patatas

c/ Elevado contenido de alcohol en sangre

Estos tres factores, por separado, son completamente inocentes y no tienen graves consecuencias (salvo el factor c, q te puede traer algun q otro disgusto), pero en combinacion, te llevan IRREMEDIABLEMENTE a elaborar tortillas de patatas. Mas aun si estas en compañia de gente q tb se ve afectada por el factor c y te apoya en tan encomiable tarea gastronomico-artistica.
"Este tio esta drogado" volveras a pensar. Pero, me apoyo en datos cientificos. Experimentacion. Vivida en mis propias carnes.

Lo mas interesante de todo, es q si el primer intento funciona, y la tortilla es apta para el consumo humano, la cosa va a mas. Pq al dia siguiente intentaras superarte a ti mismo, haciendo una tortilla mas grande y mas esponjosa. y esto nos lleva a un bucle, en el q se acaba intentando hacer una tortilla de monstruosas dimensiones. Algo para lo q ningun ser humano esta preparado para ver (y mucho menos, para comer).

En nuestro caso, el dichoso T-Rex de las Tortillas (tm) tenia el mismo tamaño de algunos campos de futbol de equipos de segunda division. Fueron utilizados entre 8 y 9 huevos, los kilogramos de patatas y cebolla usadas han pasado a los anales de la historia. Dar la vuelta a aquel monstruo causo mas de una luxacion de muñeca. Pero merecio la pena. Ahora tenemos algo q contarle a nuestros nietos.

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