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domingo, mayo 25, 2008

Y cuando el toro...

...esa mole de 600 kilos con cuernos, te viene desbocado, tu solo tienes dos opciones:

a) Darle el capotazo dando un paso atrás como buenamente puedas, y ser un torero como los demás.

b) Quedarte clavado en el sitio y dar un capotazo magistral, mientras el asta del bicho te roza el pecho... jugandote la vida. Y creerte José Tomás.

Y no todo el mundo puede jugar a ser José Tomás.

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Escuchando: Winamp - Black Strobe - Shining Bright Star

4 comentarios:

Anónimo dijo...

como de costumbre, sabes añadir otra gilipollez mas a tu arsenal de gilipolleces manipulando la realidad para convertila en analogía insuficiente. Los escritores como vosotros sólo os limitáis a ver los toros desde la barrera siempre. Despues, vuestra vida es imaginar la vida que no vivísteis para que tal aparente ser lo que no es: real.

Pero, no te preocupes, mientras seas libre, podrás hacerlo.

Anónimo dijo...

Yo soy antitaurina, pero tengo que reconocer que me gusta ver las corridas de recortes... así que a riesgo de partirme la crisma... intentaría un doble salto mortal por encima del astado ;P

dolK dijo...

a mi,a riesgo de ser criticada lo diré, me gustan los toros. sería razonable si me llamara Pepa y tuviera la edad de mi abuela, pero tengo 26 añitos y me encantan las corridas de toros. pero como diría Aragonés "ese no es el tema y tal..." y realmente lo que quería comentar sobre tu post es simplemente que me ha encantado el símil. cuando quieres que bien escribes jodío... yo me creo que soy El Cid (no el campeador, el matador) aunque a veces me convierto en Curro Romero y salgo por patas.

Anónimo dijo...

tia, como quieras llamarte, que cojones importa que una persona escriba bien cuando lo que escribe sólo es fruto del sufrimiento?.

enteded por que me dais asco.


Yo no puedo abrazar a esta persona, pero mi intención lo sobrepasa.