[...] Habían pasado 25 años desde la adolescencia de Annabelle, y si había que creer las encuestas y las revistas, las cosas habían cambiado mucho. Actualmente, las chicas eran más espabiladas y más racionales. Se preocupaban, ante todo, de terminar sus estudios, para asegurarse un futuro profesional decente. Para ellas, salir con chicos sólo era una actividad de tiempo libre, un entretenimiento en el que intervenian a partes iguales el placer sexual y la satisfacción narcisista. Más tarde, su objetivo era un matrimonio bien calculado, en el que ambas situaciones socioprofesionales se adecuaran y hubiera cierta comunidad de gustos. Claro que así se negaban cualquier posibilidad de ser felices -la felicidad era indisociable de estados fusionales y regresivos incompatibles con la práctica de la razón-, pero de esa manera esperaban no tener que sufrir los tormentos sentimentales y morales que habían torturado a sus predecesoras. Esa esperanza se desvanecía con rapidez; la desaparición de los tormentos pasionales dejaba tiempo libre al aburrimiento, la sensación de vacio, la angustiada espera de la vejez y de la muerte. [...]
Michel Houellebecq
A M E N[Escuchando: Combichrist - Everybody Hates You - this shit will fcuk you up (4:45)]
3 comentarios:
Inclusive el amor puede ser "industrializado". Ahora empieza a verse en las grandes ciudades del mundo "desarrolado" en 10 años sera "normal" en todos lados.
Algo debe haber a medio camino entre estas proto-pragmáticas y las mujercitas medio bobas con alma de esclava que trataban de formar hace unos años (y que lograban, ojo)
Esperemos que con tanta liberación y tanta tontería no lleguemos a eso, las veo castrando a los críos en el parvulario y criando esperma en laboratorios para inseminar a las que destinen a la procreación... ¡ugs! se me han puesto los pelos de punta
entre tanta sabia verborrea y oraciones subordinadas me siento del tamaño del piojo de un hobbit, pero aún así, oso a dar mi opinión.
Las que crecimos jugando con Barbie y leyendo Súper Pop, y continuamos con Cosmopolitan mientras buscábamos nuestro Ken particular, asistimos a un momento de nuestras vidas en el que nos damos cuenta de que algo FALLA. Se supone que debemos ser insensibles, calculadoras, vengar a nuestras madres amas de casa, independientes y, sobre todo, las mayores abanderadas del feminismo. Pero la primera vez que te parten el corazón te das cuenta de que son sólo mentiras holliwoodienses (o como se escriba eso) y que incluso las herméticas redactoras de Cosmo, se enamoran y fracasan. No podemos vivir sin vosotros y esa es la PU... RA realidad.
[siento si me desvié un poco del tema pero hoy tengo un día de esos...]
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