Abrir los ojos.
Todo aquello.
Ahora puedo seguir adelante.
No te odio, no te equivoques. Odio quererte. Querer a la persona equivocada. Pensar que eras la persona indicada. Odio haber cavado mi propia tumba. Porque me la he cavado yo solito. Yo me monté la película de que eras la mujer de mi vida. Y era, porque en el fondo, yo necesitaba, tanto como tu, agarrarme a un clavo ardiendo. Necesitaba creer que eras tu.
Eras la demostración de que esperar tanto, merecía la pena.
He estado meses, intentando no leer nada (Porque... te lo juro por mi vida, si es que para ti mi juramento tiene ya algún valor... desde el día del mensaje, jamás volví a entrar a tu rincón...) Hoy, fracasé.
¿Sabes que suplicio?. Tener acceso a noticias de tu amor, que te niega su corazón... Querer saber de ella mas que de nadie en el mundo... y negarte a hacerlo.
Intentando taparme los ojos.
Entre, vi, y bueno... todo murió. Mientras sin saberlo, me lo explicabas todo, sonaba una música triste.
Hoy puse, por última vez, la canción aquella que tu encontraste para mi.
Ya la he borrado.
Ahora mismo, me dispongo a borrar todas las fotos. Mañana, quemare la de Calpe. No por odio, ni por rencor. Todo eso, solo sirve para superar. Pero ahora que todo murió definitivamente, no hay sitio para ninguno de esos sentimientos. Ya no tiene ningún sentido.
¿Los recuerdos buenos? Me los guardo en mi cabeza.
Es verdad, me he comportado como un crío, cuando siempre he sido una persona fundamentalmente madura. Y si, he clamado a los cuatro vientos. Pero joder tía... en mi mundo. En mi rincón. En el único sitio en el que aún puedo ser yo sin tener miedo.
Aún así, te pido perdón. Y si tu no me lo concedes, se lo pido a ese Dios que tanto se divierte jugando conmigo.
Si algún día pensaste que yo te creía una zorra, estabas equivocada.
Si algún día pensaste que nunca te apoye, estabas mal informada.
Si algún día no supe darte lo que necesitabas, te pido perdón por mi incompetencia.
Espero, te lo juro por mi alma, que lo tuyo sea ya definitivo. Lo que necesitas.
Tu estabilidad final. Que todo ésto haya servido de algo. Y que puedas volar tan alto como sea posible, junto a él. Y que tus alas jamas se derritan, por muy cerca que estés del sol.
Y si joder, estoy destrozado, como aquella vez. ¿Y que? Es parte de mi personalidad el querer a ésta intensidad. Tu no tienes ninguna culpa. Nadie puede atarse a nadie por el mero hecho de que el otro sea feliz. Porque la felicidad de nadie, está por encima de la felicidad de uno mismo.
Aún así, jamás en la vida voy a volver a saber nada de ti. Y si me cruzo contigo, haré como que no existes. Que no te conozco. Porque no se hacer, a éstas alturas, otra cosa más que amarte. No podría volver atrás, cuando no eramos nada. Supongo que ahora mismo, a ti, te la sudará bastante. Lógico y normal.
En el fondo, eramos demasiado parecidos. Y demasiado diferentes.
Y para recordar todo ésto, éste texto no va a servir de nada. Así que me lo voy a tatuar. No todo este ladrillo, obviamente, ya sabes que no hay cuerpo suficiente para hacerlo.
Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.
Gracias, y hasta siempre.
Que el mundo se prepare. Hoy, si que puedo decir que vuelvo a ser Yo.
Prometo no lloriquear más como una puta nenaza.
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Escuchando: Winamp - Anthony And The Johnsons - Hope There's Someone