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jueves, febrero 07, 2008

Querido anónimo:

¿Sábes? Creo que solo hay una cosa en este mundo, una sola sensación que me joda tanto, tantísimo que me haga sentirme físicamente mal. Que me haga temblar. De rabia, de impotencia, no lo se muy bien.
Esa sensación es la de sentirme un completo gilipollas.

Siempre me he considerado un tío inteligente. No muy despierto, tal vez no muy aplicado. A veces, incluso no muy listo. Pero si tela de inteligente. Y observador. Mala mezcla...

Cuando aquel día, le secaba las lagrimas que resbalaban por sus mejillas (yo a ella... menuda contradicción, ¡si era ella la que me estaba dejando!) e intentaba tranquilizarla, le dije:
Ya no es necesario contar más mentiras, ni ocultar verdades
Y aproveché para contarle todo lo que ántes no había podido contarle. Póco le había ocultado, pero lo póco era importante, dado que atañía a su propia privacidad. Si no se lo hubiese contado, poco habria cambiado el rumbo de las cosas. Pero llegados a ésta situación... ¿qué sentido tenía ya mentir?
Ya no había motivos para meter trolas, era el momento de poner todas las cartas sobre la mesa. Acabar las cosas bien. Siempre lo he hecho así, y me jacto de ello.
Pero ella no solo no me conto toda la verdad. No sólo me oculto informacion. Es que directamente, me mintió.

Llorando, me juro (y yo le creí) Te juro por Dios que no te estoy dejando por ningún tío. Una mentira más, una falácia más, cuando ya no eran necesarias. Si me hubiese contado la verdad, me hubiese dolído, claro que si. A nadie le gusta sentirse superado por otro. Pero bueno, al menos, hubiese sabido el verdadero motivo. La verdad.
Y hubiese podido decirme a mi mismo chico, así es la vida... unas veces se gana y otras se pierde. Y hubiese podido, con el tiempo, olvidar que me había cambiado por otro, y volver a ser su amigo.

Ocultandome la verdad, lo único que ha conseguido es que sufriese durante un mes una tortura atroz, indescriptible para quien no la ha vivido. Que te dejen, no se sabe muy bién porqué, sin saber muy bien que cojones has hecho para que todo pase de paraíso a infierno a tal velocidad. El pasar de planear irnos a vivir juntos, a no estar muy seguro de lo que se siente. Todo muy extraño. Todo incomprensible, e ilógico. Sin sentido. Y te vienen a la cabeza respuestas, respuestas fáciles y obvias, que NO QUIERES CREER. Porque creerlas, significaría que esa persona, a la que tanto quieres, te ha mentido una última vez.

No imaginas lo que un corazón despechado, destrozado y encima engañado puede llegar a sufrir cuando finalmente (cosa que siempre sucede) se acaba enterando de toda la verdad. De tantas mentiras.
Te das cuenta de que no eras un celoso, cosa que llegaste a pensar.
Te das cuenta de que al fin y al cabo, tampóco estabas tan paranoico.
Empiezas a pensar que sólo fuiste tú, porque estabas en el lugar adecuado, en el momento adecuado, y no había la disponibilidad de álguien mejor. No para estar con ella al 100% al menos, tal y cómo necesitaba en ese momento.
Se podría llegar a malpensar, y a decir que no hizo más que utilizarme. Ella, que tanto decía quererme. Ella, que decía de mi que era lo mejor que le había pasado en la vida.

Pues fíjate, tu eres lo peor que me ha pasado en la mía. Y mira que me han pasado cosas malas. Pero tu eres el mayor cancer de mi vida. Al igual que tu, princesa, decías que te habia devuelto la confianza, tu me la has robado.
¿Cómo pretendes que ahora vuelva a confiar en nadie?
¿Cómo pretendes que no tenga miedo a querer?
¿Cómo pretendes, que algún día me quite de encima éste lastre que me has añadido en el alma, ésta cara de gilipollas, estos temblores que me entran cada vez que pienso que fui tan sumamente subnormal de creerte?

¿Y tu anónimo, dices que me calle si quieres que la conserve cómo amiga? Es que no quiero como amiga a nadie que me trate tal y como me ha tratado ella. No la quiero en mi vida.
Es más, le deseo que se pudra, que su vida sea un puto infierno. Le deseo tódo lo que se merece. Que disfrute de los pocos días de juventud que le quedan. Que queme todos los cartuchos. Y que algún día, mire atras, y vea el reguero de detrucción que ha dejado a su paso. Y se vea sola, perdida y vieja.

¿Para qué quiero o un amigo que me mienta? Ya tengo suficientes enemigos.

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Escuchando: Winamp - Latex - The Porcupine (rebelone 07)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Es bastante más fácil así. Mantener una amistad con alguien a quien deseas (deseabas) amar es una tortura mayor. No me creerás pero casi envidio esa pequeña brecha de liberación.
Mi amor quiere ser (sólo) mi amigo y no me ha hecho nada para poder odiarle.
A veces me gustaría que me diese una razón para poder borrar todo lo que me une a él.
Tal vez no sea Amor, cuando su felicidad es mi tristeza... tal vez.

ese dijo...

"En algunas ocasiones es fácil anticipar la aparición de una úlcera gastrointestinal en determinados individuos".

Dr. Isaac Hewqlews (Los Angeles Hospital)

Dragon dijo...

Habrá quien diga que el resentimiento lo cura el tiempo, habrá quien esa actitud la llame poco madura, o tal vez despecho. Que hay que asumir que te dejen, que algún día podrías ser tu quien dejara, que el valor para decirle a quién querías "lo siento, me enamoré de otra persona", lo tienen muy pocos. Habrá quien te diga esto y muchas más gilipolleces. Pero el dolor, ese tremendo dolor en el pecho que dan ganas de abrirselo en canal para sacarlo, eso sólo lo puedes saber tú amigo. Y quien diga lo contrario, nunca entenderá lo jodidamente malo que puede ser estar enamorado...

Anónimo dijo...

Dí que sí Iced, que nadie te calle. Que este es tu blog y aquí dices lo que te sale del mismísimo epidídimo. Nadie ha de decirte que no debes aplacar tu dolor (aunque sea ínfimamente, descargarse aquí a veces ayuda un poco, lo digo por experiencia)y lo tienes que hacer como te venga en gana. Ya quisiera poder darte consejos sabios y la típica palmadita en la espalda de "todo irá bien" pero sabes tan bien como yo que eso no tiene resultado alguno. Espero y deseo que de ahora en adelante, habiendo tomado esa decisión, te sientas mucho mejor.

Yolanda dijo...

Joder, tienes toda la razón del mundo. A mí también me mintió al dejarme la persona que, por mentirosa (entre cosas más importantes, como enamorarse de otra) me dejó.
Ahora que ya lo has escupido y borrado todo, cuenta nueva.

Anónimo dijo...

Te tengo hace unos meses en mis feeds y desde que empezaste con este tema, te sigo fielmente, porque desgraciadamente me veo reflejado en cada una de las palabras que escribes.

Hace ya casi 5 meses que tuve una historia muy similar a la tuya con la chica que fue mi pareja durante 3 años y medio.

De la noche a la mañana paso de querer tener hijos y comprar un piso conmigo(casarnos por el banco vaya), a agobiarse por todo. Despues de miles de historias por enmedio que no vienen al caso me acabo dejando pero queriendo ser amigos. Yo también llegué al punto de suplicar la verdad ya que no había nada que perder. Aún así lo negó rotundamente todo, me juró por todo que no había nadie más, cuando algo en mis entrañas sabía perfectamente que sí lo había. De todas maneras yo era el paranoico, el celoso, el loco... así que hice todo lo que pude por creerla. Y la creí. Pero amiguetes, se pilla antes a una zorra mentirosa que a un cojo, e inevitablemente, la pillé. Llevaba unos mesecitos liada con un compañero de su trabajo y bueno, no organicé ningún espectáculo ni numerito, estamos mayorcitos para estas cosas, pero sí le dije dos cosas bien claras: sabía que odiaba que me tomaran por gilipollas (porque además no es la primera vez), y me tomó por gilipollas, y segundo, haberme enterado por otras personas de lo que una vez me negó mientras le suplicaba la verdad, me pareció lo más ruín que se puede hacer.

¿Conclusión? No tengo conclusiones. Sólo sé que llevo casi 3 meses sin saber absolutamente nada de ella, que cada día que pasa pienso en ella, en cosas buenas que vivimos juntos, pero sobre todo en todo el daño que me hizo al final. Pienso en lo jodido que estoy yo y en lo contenta que estrá ella con su nuevo amor (un puto subnormal por cierto, y no lo digo yo que lo dice su hermana). Pienso en que saldré adelante, pero que nunca más podré confiar en una mujer, que no tengo planes de futuro, que pensar en nuevas relaciones, familias, compromisos, me dan ganas de vomitar.

En fin, perdón por el rollo, te sigo leyendo.